Mario Kaplun



Mario Kaplun






Mario Kaplún nació en Argentina en 1923 y vivió en Buenos Aires hasta 1952 cuando con su mujer, la actriz Ana Hirsz, y su hijo menor deciden establecerse en Uruguay. Desde los 17 años Mario Kaplún empezó a acercarse a la comunicación desde la praxis, más concretamente, haciendo radioteatro. Su primera experiencia en radio fue a los 17 años, cuando los responsables de Platea Club le permitieron que usara el programa para convocar jóvenes a los foros del Club del Libre Debate que él organizaba en una sala del periódico Crítica. Kaplún trabajó durante un tiempo en un estudio donde se producían radioteatros; esta experiencia le permitió adquirir la práctica y las herramientas para realizar programas radiales.
A los diecinueve años, en el marco de un servicio radial llamado "Escuela del Aire", emitió su primer programa educativo: un ciclo sobre historia de la Argentina en formato de radioteatro, a través de Radio del Estado y Red Splendid. Al llegar a Uruguay, en 1952, junto a su esposa Ana Hirsz buscaron profundizar en el cristianismo. Con este propósito se vincularon al Centro Pedro Fabro de Montevideo, dirigido por el teólogo de la liberación Juan Luis Segundo, lo que resultó determinante en muchas de sus posteriores experiencias de vida, tanto profesional como religiosa. El sentido de búsqueda religiosa los llevó en 1958 a mudarse a Francia, para vivir en la comunidad “El Arca” donde pasaron casi un año, hasta que supieron que esperaban su segundo hijo.

Desde 1962 Mario Kaplún empezó a producir y conducir programas radiales de debate periodístico que obtuvieron un gran éxito en la audiencia, como Cristianos sin censura que trataba temas cotidianos de los oyentes. A fines de los 60 realizó series de programas radiales con una propuesta educativa para toda América Latina, como El Padre Vicente – Diario de un cura de barrio (1969-1973), Jurado No.13 (1971-1973) y Tierra de Muchos. Los programas fueron emitidos no sólo en América Latina, sino también en Filipinas y Estados Unidos, y fueron traducidos al portugués, al quechua y al aymara. Jurado No.13 obtuvo el mayor éxito y Producciones SERPAL de Munich le propuso a Kaplún viajar por América Latina para documentar las diversas realidades del continente; ese registro sería la materia prima del programa.

Mario Kaplún, junto a su familia, se exilió en Venezuela desde 1978 a 1985. En ese país coordinó el área de Comunicación y Cultura Popular del Centro al Servicio de la Acción Popular (CESAP). Desde allí dictó cursos a grupos de base venezolanos sobre comunicación fotográfica, audiovisual y periodística, y también sobre teatro, aplicando una metodología freireana de formación de comunicadores / educadores populares. Con el apoyo de CIESPAL y Radio Nederland Training Centre, puso en marcha en Venezuela los Cursos-Talleres Latinoamericanos de Comunicación Popular, un proyecto que se sostuvo durante cuatro años y en el cual se formaron más de cien comunicadores/educadores populares de América Latina. A su regreso a Uruguay fue uno de los fundadores de la Escuela de Ciencias de la Comunicación, de la Universidad de la República (hoy Facultad de Comunicación), dedicándose a la investigación, gestión académica y docencia hasta su muerte, en 1998.



Mario Kaplún fue un pedagogo que dedicó su vida a la comunicación educativa y a formar a las comunidades en los procesos participativos de producción de comunicación como una forma de acción ciudadana. Entre sus trabajos teóricos se encuentra un análisis comparativo entre los modelos de la educación y los modelos de los medios de comunicación. Los modelos se definen como bancario, conductista (modelos exógenos) y participativo (modelo endógeno) según centren su énfasis en los contenidos, en los efectos o en el proceso, respectivamente. El pilar ideológico fundamental para su práctica fue Paulo Freire, sus ideas sobre la educación liberadora o transformadora fueron la matriz de los programas radiales y televisivos que realizaba Kaplún, así como la base de las prácticas de comunicación popular. El maestro francés de educación popular, Célestin Freinet, constituyó también una fuente de inspiración pedagógica.
Con la producción de El Padre Vicente y Jurado No.13, Kaplún rompe con los esquemas convencionales y aplica el pensamiento educativo de Paulo Freire -la educación liberadora- a los programas de radio. Siguiendo a Paulo Freire, Mario Kaplún introdujo la comunicación dialógica participativa (por ejemplo, en Jurado No.13 el mismo tema se trataba en tres capítulos; se presentaba una cara de la moneda el lunes, otra cara de la moneda el miércoles, y la solución del autor el viernes; y el domingo se podía repasar y escuchar todos los capítulos con la intervención de la gente).
Paralelamente, la preocupación por volver emisores a los receptores de mensajes lo llevó a diseñar y aplicar en el 1977 el método Casete-Foro, un "programa de investigación-acción” cuyo objetivo principal era hacer del proceso comunicacional un diálogo intergrupal -un proceso real de ida y vuelta-, y volver a los receptores más críticos y participativos. El modelo permitía al destinatario no sólo recibir el mensaje sino también responder y dialogar, e implicaba además una dimensión de intercambio intergrupal que favorecía la condición de co-emisores de todos los participantes. La primera experiencia fue realizada con agricultores uruguayos.

A pedido de UNESCO, Kaplún siguió profundizando en el cruce de la Comunicación y la Educación. En 1990 llevó a cabo un estudio de casos de veinte programas de varios países latinoamericanos, cuyo resultado fue publicado en “A la educación por la comunicación: La práctica de la Comunicación Educativa”. Allí propone pensar la educación desde la óptica de la comunicación, articulando las teorías del aprendizaje a los procesos y modelos comunicacionales. Propone estrategias de uso de los medios masivos en favor de la educación de adultos, y en especial de grupos marginales.



Obras

En 1973 Mario Kaplún publica su primer libro, La comunicación de masas en América Latina; en 1983 edita Hacia nuevas estrategias de comunicación en la educación de adultos y Comunicación entre grupos: El método del casete-foro en 1984. Otros títulos del autor son: El comunicador popular (1985), Un taller de radiodrama: Su metodología, su proceso (1985), Hacia nuevas estrategias de comunicación en la educación de adultos (1986), La educación para los medios en la formación del comunicador social (1987), Los Mattelart, hoy: entre la continuidad y la ruptura (1988), Comunicación entre grupos (1990), A la educación por la comunicación. La práctica de la comunicación educativa (1992), Repensar la Educación a Distancia desde la Comunicación (1992), Del educando oyente al educando hablante (1993), Continuidades y rupturas en las búsquedas de un comunicador-educador (1995), Los materiales de autoaprendizaje. Marco para su elaboración (1996), y Una pedagogía de la Comunicación (1998).

Las experiencias sugeridas en este trabajo son solo unas posibles soluciones desarrolladas en base a las ideas de Mario Kaplún. En todo proceso educativo sigue siendo importante la figura del educador que coordina el proceso de aprendizaje, pero el alumno (receptor-emisor o EMIREC) tiene que ser cada vez más activo, participativo y colaborativo consiguiendo adaptándose de esta manera al modelo multidireccional (tanto vertical como horizontal). Las herramientas disponibles (TV educativa, espacio interactivo, etc.) ofrecen múltiples posibilidades para la educación escolar y universitaria, pero lo más importante es saber aplicarlas para desarrollar el modelo de educación socio-interaccionista (concepto de Vygotsky) y formar un nuevo tipo de profesionales para la sociedad del siglo XXI.









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